«El mundo tenía dientes y podía morderte en cualquier momento, Trisha McFarland lo descubrió cuando tenía nueve años. A las diez de una mañana de principios de junio estaba sentada en el asiento trasero del Dodge Caravan de su madre, vestida con una sudadera azul de los Red Sox (la que llevaba “36 Gordon” estampado en la espalda), y jugaba con su muñeca. A las diez y media se había perdido en el bosque. A las once intentaba contener su terror, no pensar: Esto va en serio, esto va muy en serio. Intentaba no pensar que, en ocasiones, cuando la gente se perdía en el bosque salía gravemente dañada. A veces incluso moría.»
Páginas | 224 págs. |
Formato | Tapa dura con sobrecubierta |
ISBN | 9780684867625 |
«El mundo tenía dientes y podía morderte en cualquier momento, Trisha McFarland lo descubrió cuando tenía nueve años. A las diez de una mañana de principios de junio estaba sentada en el asiento trasero del Dodge Caravan de su madre, vestida con una sudadera azul de los Red Sox (la que llevaba “36 Gordon” estampado en la espalda), y jugaba con su muñeca. A las diez y media se había perdido en el bosque. A las once intentaba contener su terror, no pensar: Esto va en serio, esto va muy en serio. Intentaba no pensar que, en ocasiones, cuando la gente se perdía en el bosque salía gravemente dañada. A veces incluso moría.»
Páginas | 224 págs. |
Formato | Tapa dura con sobrecubierta |
ISBN | 9780684867625 |
Sorprendentemente, en esta historia que casi parece haberse escrito sola, King deja de lado a sus pesados monstruos y se centra en las cosas sencillas de estar perdido en los bosques profundos que nos perturbarían a la mayoría de nosotros, como los insectos, las serpientes, el hambre, la sed, los acantilados, los pantanos, el espeso follaje con espinas, las enfermedades, el clima extremo, los ruidos en la oscuridad y nuestra propia imaginación.
Christopher Lehmann-Haupt (The New York Times)